// 18.01.2006 - 25.01.2006 / Sala ALTAMIRA

EL BONSAI, UNA FORMA DE ARTE

EL BONSAI, UNA FORMA DE ARTE


El bonsái es una forma de arte. Como cualquier arte plástica, pintura o escultura, contiene todos los elementos estéticos esenciales de composición, equilibrio, perspectiva, profundidad, textura, color, etc. La analogía del bonsái con la pintura en general y con los paisajes en particular es especialmente apropiada. Los objetivos de la pintura de paisajes y del bonsái son los mismos, y en ambos casos se representa a escala reducida lo observado en la naturaleza. Exactamente como en la pintura, en la que se intenta reproducir en un pequeño pedazo de tela un vasto panorama que se extiende varios kilómetros o millas, así en bonsái se intenta crear un árbol miniatura no mayor de un metro de altura a partir de lo que en la naturaleza crecería normalmente hasta los 30 m o más. De hecho, hay una variante del bonsái practicada por los chinos que recibe el nombre de penjing o paisaje en contenedor. El equivalente japonés se llama
Saikei, o escenario en bandeja. En esta forma de bonsái, el objetivo es crear una escena con plantas vivas reales en tres dimensiones.

A lo largo de los siglos, la técnica de cultivar árboles en macetas se ha desarro-llado de una forma altamente sofisticada. El bonsái no es simplemente cultivar en maceta árboles sanos. Los árboles deben ser bellos por derecho propio. Maceta y árbol deben constituir una unidad. Algunos bonsáis viven hasta una avanzada edad; en Japón, hoy día, hay bonsáis cuya edad se estima entre 500 y 700 años. Su historia como bonsái se puede rastrear por lo menos a lo largo de los últimos 300 años. Sin embargo la edad no es el factor más importante, el principal aspecto es la belleza del árbol.

Continuando con la analogía de la pintura, debe hacerse mención de las piezas maestras del bonsái. De la misma forma que hay obras maestras en pintura, en bonsái, los ejemplares realmente bellos de estos árboles miniaturizados se consideran obras maestras. Estas obras maestras del bonsái son invariablemente árboles muy viejos, que exceden los 200 años de edad y no es sorprendente que se les tenga en gran estima. Su valor es inestimable ya que son antigüedades vivas. Pero el bonsái difiere de una pintura o escultura famosa en un aspecto importante. Una pintura o escultura es una obra de arte terminada, mientras que una obra maestra del bonsái es dinámica, evolucionando siempre sin estar nunca acabada como tal. Necesita mantenerse siempre en espléndida forma si tiene que retener su belleza y fama. Por consiguiente, el trabajo de un artista de bonsái nunca está completo. La responsabilidad es continua y a menudo se transmite de una generación a la siguiente.

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