// 23.11.2009 - 09.01.2010 / Sala ALTAMIRA

Vida y Milagros de Paula P.

Cristina de Middel


En el año 2006 llegué a Alicante y conocí a Paula. La conocí en una calle de esas por las que la gente de buen ver evita pasar. Ella estaba en una esquina y no hacía falta ser demasiado perspicaz para darse cuenta de que ese cruce de calles era su lugar de trabajo. Por alguna razón entablamos conversación y marcamos el inicio de este proyecto documental que dura hasta el día de hoy. Aquel día guardé su número en mi móvil y lo guardé como Paula P. Unos meses más tarde mi móvil llegó a sus manos en forma de regalo y puede que la primera llamada que hiciera desde su nuevo terminal la emplease en llamarme riéndose por el descubrimiento que había hecho. Yo la diferenciaba de las demás Paulas que había en mi agenda con la inicial que la situaba en aquella esquina trabajando. Y nos reímos las dos porque para esa época yo ya había perdido el miedo a pronunciar la palabra Puta y lo había perdido porque el estigma había desaparecido y estaba plenamente familiarizada con su mundo gracias a la manera tan natural que tenía de hablar de su negocio. Paula es puta y vende su cuerpo por dinero, pero Paula es antes de nada una mujer de mil banderas y en su historia demasiado fantástica para ser real se pueden reconocer la Superación, la Aventura, el Amor, el Sacrificio, el Tesón y la Disciplina en su estado primigenio. A día de hoy ya ni siquiera me avergüenzo de haberle puesto esa inicial junto al nombre, pero me gustaría volver atrás en el tiempo para colocarle en lugar de la P de puta, la A de amiga.

Esta exposición pretende transmitir, con la misma naturalidad con que me fue narrada, la historia de fábula de esta mujer fabulosa y tratar así de ofrecer un acercamiento honesto hacia una realidad que es demasiado a menudo presa del morbo y la hipocresía.

En pleno debate sobre la legalización del conocido como "oficio más antiguo del mundo" mi intención es ofrecer un testimonio de primera mano que provoque una reflexión constructiva en el visitante, haciendo especial hincapié en no caer en las trampas del lenguaje que disfrazan la realidad queriendo esconderla, cuando no obviarla.

Cristina De Middel

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